Trade-off - Ideas para entender el mundo
La vida son trade-offs, perder algo a cambio de ganar un beneficio.
Un trade-off es una decisión situacional que implica disminuir o perder una cualidad, cantidad o propiedad de un conjunto o diseño a cambio de ganancias en otros aspectos.
Trade-off es una de las palabras que más me gustan del inglés. Por desgracia no existe palabra equivalente en español y es una lástima porque es un concepto muy necesario para anlizar el mundo y que se tiende a ignorar en el día a día. Trade-off hace referencia a lo que se pierde a cambio de ganar algo o las desventajas de una decisión. Todos sabemos, o deberíamos saber, que elegir algo en la vida conlleva la pérdida de otro aspecto. Trabajar más horas te puede hacer ganar más dinero pero tienes menos horas para disfrutar de tu familia.
El que jugó a SimCity sabe que gestionar una ciudad requiere un equilibrio constante para acertar con la cantidad de impuestos que hay que recaudar para mantenerla. Si los bajas la gente está contenta y la ciudad crecerá, pero el dinero no entra en las arcas y no tienes recursos para invertir en servicios. Si subes los impuestos tu aprobación entre la gente baja y el crecimiento se ralentiza, pero tienes dinero para invertir en la ciudad.
El debate sobre la regulación del cannabis implica una problemática de tradeoffs muy compleja. Por un lado, se establece la prohibición y la regulación rigurosa con el objetivo de reducir los daños asociados al consumo de cannabis. Sin embargo, esta medida tiene el impacto de aumentar los daños asociados a los mercados ilegales y reducir los beneficios del consumo. Tomar la decisión política acertada implica ser consciente de estos tradeoffs.
Un medicamento que te cura, tiene efectos secundarios. La utilización de antibióticos conlleva que algunas bacterias generen resistencias a ellos, reduciendo así el abanico de opciones que tenemos para combatir sus enfermedades asociadas. Sin embargo, en un meta-tradeoff, cuando las bacterias se hacen resistentes a un antibiótico puede producirse un tradeoff evolutivo en el que esta resistencia a un antibiótico ¡hace que las bacterias sean más sensibles a otro!
En biología, existe un tradeoff entre la velocidad de crecimiento y la longevidad. Las especies que crecen más rápidamente tienen una vida útil más corta, mientras que las especies que crecen más lentamente viven más tiempo. También existe un tradeoff entre la rapidez de crecimiento y el tamaño máximo. Los individuos de crecimiento más rápido producen los adultos más pequeños y los individuos de crecimiento más lento producen adultos grandes.
Las hembras adultas suelen desarrollar respuestas inmunitarias innatas y adaptativas más poderosas que los machos. Esto conduce a una eliminación más rápida de patógenos y una mayor eficacia de las vacunas en las hembras en comparación. El trade-off de esta fortaleza inmunológica es que esta también aumenta la susceptibilidad de las hembras a padecer enfermedades inflamatorias y autoinmunes.
La teoría del soma desechable (DST), una teoría evolutiva, sostiene que el envejecimiento de los organismos se debe a la acumulación de daños. Según esta teoría, es posible retrasar el envejecimiento mediante la reparación constante de los daños, pero esta reparación requiere recursos que luego no están disponibles para otras tareas, como la reproducción. En consecuencia, la DST propone un trade-off entre la longevidad y la reproducción. Utilizando datos genealógicos de poblaciones de toda Europa se ha encontrado que tener más hijos parece reducir significativamente la esperanza de vida de los padres, especialmente en el caso de las mujeres.
Los hombres tienen menos aversión al riesgo que las mujeres, y esto puede tener consecuencias muy positivas. Los hombres toman decisiones que pueden dar resultados excelentes para su carrera, desde hablar en público a mandar un currículum a una oferta de trabajo para la que solo están cualificados al 60% (las mujeres no lo envían a menos que cumplan todos los requisitos). Sin embargo, el tradeoff de esta falta de aversión al riesgo es una menor percepción de los peligros, que conlleva desde más uso de alcohol y más probabilidad de fumar, más accidentes y menor probabilidad de usar elementos de protección en el trabajo.
Los tradeoff son prácticamente inevitables y es un modelo mental básico para analizar la realidad. Si no piensas en ellos te quedas sólo en los beneficios o los perjuicios que comporta algo sin tener en cuenta toda su complejidad. Puedes llegar a pensar que algo es netamente positivo, sin ver las consecuencias negativas que puede tener, o creer que la situación del otro es objetivamente mejor que la tuya. La hierba es más verde en el jardín del vecino, que dicen los ingleses.
Pero pensar en el tradeoff requiere un cierto esfuerzo y no es siempre tan visible. Si el tradeoff es en biología, ingeniería o políticas hacen falta conocimientos profundos del tema en concreto para saber cuáles son los inconvenientes, y una visión de sistemas que te permita averiguar qué posibles inconvenientes tiene una característica. Si es un tradeoff relacionado con decisiones vitales, se necesita empatía para ponerse en el lugar del otro y ver la vida a través de sus ojos.
La madre que le dice a su amiga, “no tengas hijos”, echando de menos su libertad antes de tenerlos, no ve la soledad de esta cada vez que llega a casa y no la recibe nadie. La mujer que se siente sola al llegar a casa no ve que su amiga lleva meses sin dormir más de 4 horas y sin poder desconectar nunca de la tarea de cuidar a alguien.
En las eternas discusiones sobre quién lo tiene peor en un sistema patriarcal pasa algo similar. En las simplificaciones más reduccionistas hay quien argumenta que las mujeres no son víctimas del patriarcado, sino que están protegidas y cuidadas, ya que son valiosas para la comunidad, sin ver que las mujeres pueden ser protegidas aun en contra de su voluntad, se restringe su papel al de la reproducción y no tienen libertad. En el lado contrario, igual de reduccionista, se suele argumentar que los hombres en ese contexto ostentan el poder, sin ver que los hombres son enviados a luchar y a hacer los trabajos más peligrosos, y su vida se percibe como menos valiosa, por lo que reciben menos empatía y cuidados.
Se ignoran también los tradeoffs cuando se analiza el top 100 de las notas del MIR y se dice que hay una brecha de género porque hay más hombres de los que sería esperable, pero no se tiene en cuenta que en las notas más bajas los hombres también están sobrerrepresentados. Si en el MIR las mejores notas de los hombres se quieren explicar en parte por la menor aversión al riesgo y menos preguntas en blanco como estrategia, esa misma estrategia también puede contribuir a que haya más hombres en los peores resultados por un posible exceso de confianza que les haga fallar más. Lo que te da una ventaja puede ser un inconveniente.
Es habitual ser dolorosamente consciente de las desventajas propias y las ventajas ajenas. Todo el mundo cree que los demás lo tienen mejor. La sociedad del espectáculo en la que vivimos refuerza esta tendencia a compararnos con la versión filtrada de los demás. El mejor remedio a esta limitación es evaluar de manera consciente qué tradeoffs puede tener esa situación que a priori parece tan positiva. La mejor manera de entender la realidad es analizarla en todas sus dimensiones y consecuencias, tanto positivas como negativas.
Para saber más y curiosidades que he encontrado escribiendo este artículo
Qué buenos artículos escribes, qué bien estructurados y qué accesibles para todos. :-))
Qué bueno Gemma, espectaculares ejemplos te has marcado en el campo de la salud y la biología.
Leyéndolo me ha dado por pensar en cómo muchos de estos debates emergen porque la unidad básica con la que vemos el mundo es el individuo y no subconjuntos (familias, tribus, aldeas, o incluso países).
En estos casos, se daría por hecho que lo mejor para el conjunto sería tener personas que realizasen funciones distintas y complementarias entre sí, y una alta predisposición al riesgo individual a costa del beneficio del individuo pero también del propio colectivo...
Que ojo, no digo que me gustaría que así fuera y valoro mucho mi libertad individual; pero sí que utilizamos distintos paradigmas en función de si hablamos de gestionar humanos o gestionar otra especie, cuando todas siguen los mismos principios biológicos...